UN CURANDERO JUMILLANO CONDENADO POR AGRESIÓN SEXUAL A UNA CLIENTA
El curandero ha sido condenado a dos
años de prisión por abusos sexuales, pero no entrará en la cárcel si no comete
ningún delito en tres años.
En el barrio de San Jun en el que vive el curandero
Diego todos saben a lo que se dedica. Los vecinos ven llegar a gente, que
van a su casa para las sanaciones. "Tiene una habitación llena de
santos", señala una de las vecinas. "Aquí viene gente con garrafas de
agua para que Diego las bendiga". Pero nadie sospechaba lo que denunció
una de las clientas.
La víctima acudió al curandero porque se había
muerto su hermano y se sentía perdida. En ese momento, estaba
en tratamiento psicológico, pero Diego la convenció para que dejara las
pastillas. Se las cambió por agua que él mismo bendecía. Así fueron
pasando las consultas hasta que un día le dijo que su difunto hermano estaba
dentro de ella y que tenía que sacárselo. Para ello debía tocarle
la vagina.
Durante varias sesiones así lo hizo, pero en un momento dado,
Diego intentó besarla e, incluso, se sacó el pene y le dijo que se lo tocara,
asegura la clienta y fue entonces cuando la mujer decidió denunciar.
El juicio se ha celebrado en la Audiencia Provincial de Murcia
y el curandero ha sido condenado a dos años de prisión por abusos
sexuales, pero no entrará en la cárcel si durante los próximos tres años no
comete ningún delito. Además, tendrá que pagarle a la víctima 5.000
euros y permanecerá en libertad vigilada cinco años, con una orden de
alejamiento de 100 metros.
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