La inseguridad marca la vendimia de esta campaña
Las bodegas están comenzando con la actividad frenética que
marca la vendimia, que este año se espera que se obtenga una buena calidad. Sin
embargo, la caída de las ventas por la situación sanitaria y la incertidumbre
de los próximos meses empaña sus perspectivas.
En Jumilla, la vendimia se ha adelantado hasta dos semanas sobre
lo previsto y se mantendrá hasta noviembre. En agosto se inició por las
variedades más tempranas y a lo largo del mes de septiembre se generalizan
todas, sobre todo la Monastrell, la variedad por excelencia. Una campaña que
tendrá una producción de uva similar a la de la campaña pasada, con
perspectivas en torno a un 15% más de rendimiento que en 2019 y con una
valoración excelente de la calidad, señalan desde el Consejo Regulador de la
Denominación de Origen Protegida de Jumilla.
La vendimia de 2020 se está viendo marcada por las medidas de
prevención y seguridad por el coronavirus y, también, por la caída de las
ventas que ha traído consigo la situación sanitaria. Como otros sectores, el
cierre del canal HORECA (Hostelería, Restauración y Cátering) y las actuales
restricciones al mismo han sido un frenazo para la comercialización.
Las bodegas trabajan para preparar la añada de este año mientras
siguen acumulando el vino que no se ha podido distribuir. Es por esto por lo
que ya en julio el Estado anunció ayudas para la retirada en verde de parte de
la producción y para el depósito y almacenaje de los excedentes actuales.
En lo que se refiere al aspecto sanitario, señala la DOP Jumilla
que "habrá esfuerzos extraordinarios contra la covid-19, y se extremarán
las medidas de prevención e higiene, para evitar contagios y lograr que la
actividad se desarrolle con la máxima seguridad para los trabajadores del campo
y de las bodegas, y dentro de la mayor normalidad que esta situación
excepcional permite".















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